Si bien es cierto que se celebran bodas durante todo el año, Mayo sigue siendo el mes «oficial» de las ceremonias nupciales. Así que, como parte de los artículos dedicados a la Historia de la Moda a través de ciertas prendas, y ya que estamos en el quinto mes del año, voy a hacer un repaso de los orígenes documentados del vestido de novia.
Conocemos bien las tradiciones que rodean al vestido, que el blanco representa la virginidad, que, en muchos lugares, la novia debe llevar algo nuevo, algo viejo, algo prestado y algo azul, además del ramo, el velo, etcétera; pero no siempre sabemos qué simbolizan y cuándo empezaron a usarse -por ejemplo…
el algo azul se originó en Israel y significaba fidelidad y pureza-.
¿Quieres conocer algunos datos más?
Pues sigue leyendo y espero que disfrutes haciéndolo.
Mi abuela se casó en 1956 en una aldea situada en el corazón del Salnés, -un hermoso valle muy conocido hoy en día por el vino Albariño-, a tan sólo unos pocos kilómetros de Cambados. Aunque en Galicia en esa época las mujeres de las ciudades ya se casaban de blanco, en el rural era frecuente que se casasen con trajes que podrían reutilizar. El concepto de un vestido para un sólo día era difícil de aceptar entre las clases en las que no sobraba el dinero, sino más bien lo contrario. Así que ella, aún siendo modista, se casó con un traje de chaqueta negro. Y tuvieron que pasar unos veinte años hasta que confeccionó por primera vez el que conocemos como «tradicional» vestido de novia blanco para una clienta.
Ahora vayamos atrás en el tiempo:
EGIPTO:
Gracias a papiros y grabados sabemos que las novias del Antiguo Egipto se casan con una falda larga y encima una especie de túnica que puede ser transparente, normalmente azul, (color que simboliza la eternidad), aunque las clases más pudientes lo hacen de blanco. En el pelo llevan una cinta rayada, sujeta detrás de las orejas.
ROMA:
En la Antigua Roma las mujeres de la aristocracia se casan con una túnica blanca ajustada con un cinturón (cingulum) que se ata con un nudo de Hércules que simboliza la virginidad, y que desata el novio en la noche de bodas. En la cabeza llevan un velo de color amarillo azafrán o rojizo (velarium flammeun), al igual que las sandalias, que representa el fuego de Vesta, la diosa protectora del fuego del hogar. Sobre el pelo, peinado con seis trenzas en honor de las vírgenes vestales, llevan una corona de lirios, trigo, romero y mirto, que son símbolos de pureza, fertilidad, virilidad y larga vida).
GRECIA:
¿Qué hay de la Grecia clásica? Abandonan la soltería vestidas con una túnica blanca de lino, y sobre ella una especie manto drapeado. El pelo se adorna con una corona de mirto, en honor a la diosa del amor, Afrodita.
EDAD MEDIA:
Durante este período, ni la forma ni los colores de los vestidos tienen demasiada importancia. La futura esposa simplemente lleva el mejor vestido que la familia puede permitirse, y en muchas ocasiones, heredado, lo que lo convierte en una joya del guardarropas familiar. Los colores son vivos, tejidos preciosos, brocados, damascos… Gracias a muchas pinturas, que sirven de documentación, podemos ver cómo el rojo es un color muy frecuente.
Observa en la siguiente imagen cómo la novia lleva como accesorio un sombrero cónico, con un velo transparente sujeto a la punta.
Como pequeño paréntesis en este viaje a través de la Historia, mencionar que rojo también es el color del sari tradicional de las novias hindúes. El vestido se adorna con oro, y las mujeres del entorno de la novia, le pintan las manos y pies con henna con preciosos dibujos simbólicos.
Y LLEGÓ EL BLANCO…
El primer vestido de novia blanco documentado es el de la princesa Philippa de Lancaster, hija de Enrique IV de Inglaterra, en 1406: una túnica y un manto de seda blanca bordado con piel de armiño y de ardilla.
Ana de Bretaña también se casa de blanco con Luis XII de Francia en 1499.
Catalina de Aragón, primera mujer de Enrique VIII, se casa, con 15 años, con un vestido de raso blanco bordado de perlas e hilos de oro, en 1501, y con el pelo suelto sobre los hombros, símbolo de la virginidad.
María Estuardo, reina de Escocia, se casa en 1558, a los 16 años, con el heredero al trono de Francia, en la Catedral de Notre-Dame de París. A pesar de que su rango es altísimo, opta por un vestido de formas muy sencillas, poco ornamentado, rompiendo con la tradición. Provoca un gran revuelo, dado que, desde la Edad Media, el blanco es el color de luto para las reinas de Francia.
¿Te lo pondrías? El volumen y forma de la falda podrían ser de un vestido actual: líneas simples, el talle muy ceñido, con ese detalle en uve y la falda con mucho cuerpo, a modo de campana, con una especie de capa. Y la doble manga crea una figura escultural.
Pero es en 1840 cuando una novia hace que el vestido blanco se vuelva tendencia. Se trata de Victoria de Inglaterra, que con 20 años, y reina desde los 18, se casa con el hombre que ama, Alberto de Sajonia.
Quiere demostrar que no es una reina la que contrae matrimonio, sino una mujer enamorada, por lo que rechaza la riqueza y majestuosidad tradicionales, propias de un traje de novia para una reina. Escoge un vestido blanco, con encajes. Adorna su pelo con azahares (símbolo de fertilidad, ya el naranjo es un árbol siempre verde, un perenne) y diamantes. El largo velo es propio de su rango. Gracias a las fotografías, su vestido se extiende por las cortes europeas. Sus hijas y nietas también se casan de blanco.
Pone de moda las flores. El azahar se convierte en el emblema de la esposa victoriana. Cuando no disponen de ellas, las llevan de cera o cerámica.
En 1854, el Papa Pío IX proclama el dogma de la Inmaculada Concepción, en su bula Ineffabilis Deus. Cuatro años después, Bernadette Soubirous afirma haber presenciado 18 apariciones de Virgen María en la gruta de Massabielle, en las afueras de Lourdes, con vestido y velo blancos, cinturón azul y una rosa amarilla en cada pie. Cuenta que en su decimosexta aparición le dice «yo soy la Inmaculada Concepción».
La liturgia utiliza el blanco, aumentando la simbología de virginidad, pureza, belleza y santidad.
LAS NOVIAS A TRAVÉS DE LA PINTURA:
¿Qué te parece el vestido de esta novia pintada por Vasily Pukirev (1862)? Vemos cómo una jovencita es obligada a casarse mediante un matrimonio concertado. La pintura, tan triste, contrasta de un modo drástico con la gran belleza y riqueza del vestido. La joven novia lleva un corsé que termina en forma de uve, como el anteriormente mencionado de María Estuardo, y una falda con mucho volumen y cuerpo. Los hombros van descubiertos. El velo se sujeta con una corona de flores. Pukirev detalla con sumo cuidado las puntillas transparentes que enriquecen el vestido, las perlas al cuello y los pendientes.
Sin embargo, el blanco sigue sin ser de uso común, como sucede hoy en día. Es algo al alcance de reinas y princesas.
1910:
Llegados a los años 10 del 1900 las líneas se vuelven un poco más rectas, y la ropa de mujer algo más sencilla y cómoda.
1920:
Durante los años 20, Coco Chanel, adaptándose a los cambios sociales, propone trajes de novia cortos, por debajo de la rodilla, de líneas simples. Quiere acompañar con su ropa a una mujer activa, autónoma, hacerla sentirse cómoda, libre de los ornamentos que exigía la vestimenta hasta ese momento.
1930:
A lo largo de la década de los años 30 del siglo XX, el uso del vestido blanco con el velo y el ramo de flores se afirma.
Con la llegada del cine sonoro, y gracias a la ayuda de los modistos, las estrellas de cine se convierten en iconos de moda. Sin embargo, no todas quieren blanco: Mainbocher, costurero norteamericano, diseña en 1937 el vestido de novia de Wallis Simpson -para ella es su tercer matrimonio-, para su boda con el Príncipe de Gales Eduardo VIII. Dado que él renuncia al trono para casarse con Wallis, la boda tiene mucha repercusión, y su sencillo vestido en satin crepé azul se convierte en un referente para otros diseñadores.
Pero quien consagra de manera definitiva el vestido con faldas de gran volúmen es Christian Dior, con sus novias de la colección New Look, de 1947.
Vimos en el post anterior, sobre la aparición del tailleur, cómo Dior marca en este año un punto y aparte en la Moda. En este período de post guerra, de reconstrucción, busca recuperar la sofisticación del siglo pasado, las cinturas muy marcadas y el volumen de las faldas.
El estilo princesa vuelve con fuerza, para quedarse.
1970:
Esta década fue la del movimiento «hippie», y su influencia en la moda nupcial es notable: detalles florales, encajes, escotes en uve, líneas fluidas, con mucha caída. Pelos sueltos adornados con flores.
1980:
Predominan los vestidos de novia con grandes volúmenes, tanto en faldas como en mangas. De corte princesa, pero exagerados. Muchos diseñadores optan por tejidos blancos brillantes, por lo que se asocia a la idea de «vestido merengue».
Siglo XXI:
Y volviendo a nuestros días, las novias del siglo XXI, pueden optar por multitud de formas y tejidos, según sus gustos, personalidad o lo que mejor les sienta: vestidos de inspiración vintage de líneas dulces, con encajes, transparencias, adornos florales –Laura Escribano se está convirtiendo en un referente costura nupcial artesanal vintage en nuestro país-. Para otras, vestidos más setenteros, o bien de corte princesa (Pnina Tornai, Lazaro, Monique L’huillier…), con gran volumen en las faldas, corte sirena, vestidos cortos o estampados…
Uno de mis diseñadores de novias preferidos es el libanés Krikor Jabotian. Busca nuevas expresiones formales, aunque su lenguaje es clásico. Podría ser el diseñador de alguna diosa mitológica del presente o algún personaje de película de cuento actualizado.
El italiano Antonio Riva, arquitecto y diseñador de novias, es conocido por los preciosos volantes de sus vestidos: faldas en forma de gran rosa… Simplicidad elegante.
Los vestidos de Michael Cinco son de princesa de cuento, de Reina de los Hielos. Sus figuras son esculturales, gracias a los juegos de transparencia/cubierto que realiza en sus diseños. Talles muy ajustados y faldas con mucho cuerpo, o líneas sirena. Pero nunca sencillos. Los tejidos están muy trabajados, bordados, brocados, con cristales.
Stella de Libero juega y renueva líneas barrocas, recargadas, llenas de flores, tul, colores… Imágen de cantante de ópera. Me parecen muy originales, para novias atrevidas y divertidas, amantes quizás de la literatura romántica, como Orgullo y Prejuicio.
AFRÍCA OCCIDENTAL:
En África Occidental , aunque existe diversidad de posibilidades para vestirse el día de la boda, las novias suelen escoger el tradicional traje con tela Kita (en Costa de Marfil) o Kente (en Ghana). Son telas muy coloreadas, hechas a mano con dibujos simbólicos. Aunque originalmente es una tela de uso real, hoy en día está permitido que la utilice cualquiera. Las novias se maquillan la cara, siguiendo la tradición, con caolín.
JAPÓN:
Es sabido por todos que Japón es un país que respeta enormemente su tradición. Si una novia se casa al estilo Shinto, lleva un kimono blanco puro, para el santuario, aunque durante el día lo cambia por otros más coloridos..
CRUZ COSTA:
En Cruz Costa -todavía estamos naciendo- no hemos tenido la suerte de confeccionar vestidos de novia largos, solamente corto, para novia civil. Personalmente, espero hacerlo algún día. De momento, ese proyecto duerme en forma de figurines e ilustraciones. Con humildad, sabiéndome muy pequeñita, quiero terminar este repaso a la historia, con algunos vestidos que me gustaría ver realizados, mis propuestas.
Gracias por la lectura y un saludo. Hasta el próximo artículo.
BIBLIOGRAFÍA:
-instantprecieux.com.fr histoire-robe-mariee
-pronuptia.com
-losojosdehipatia.com.es El matrimonio en la Roma Antigua
-egitologia.com Amigos de la egiptología
-artehistoria.com
-artbouillon.com
-lasociedadgeografica.com Sociedad Geográfica de las Indias
-lipstiq.com
-elpantanorestaurante.com
-Imágenes de Pinterest
-trubridal.org Tru Bridal Wedding Blog
-bellanaija.com BellaNaija Weddings
-vogue.es Novias
-thelookalexa.blogspot.com.es
-barbarosillo.com
– radioafricamagazine
-salondumariagedebussy.over-blog.com
-dianeonwhidbeyisland.blogspot.com
-wordpress.com